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El 1 de febrero, Myanmar cumplió cuatro años desde el golpe.
El gobierno de Myanmar ha anunciado el servicio militar obligatorio para todos los hombres y mujeres jóvenes mientras continúan los disturbios en el país.
Pero ha sido derrotado en los últimos meses en una serie de batallas con milicias étnicas y combatientes antigolpistas.
La medida anunciada el sábado requerirá que todos los hombres entre 18 y 35 años y las mujeres entre 18 y 27 años sirvan durante al menos dos años bajo mando militar.
No se han revelado más detalles. Pero el consejo militar dijo en un comunicado que el Ministerio de Defensa «expedirá los reglamentos, procedimientos, órdenes declarativas, notificaciones e instrucciones necesarias».
El ejército ha afrontado una serie de derrotas humillantes en los últimos meses.
A finales del año pasado, tres ejércitos rebeldes étnicos en el estado de Shan, apoyados por otros grupos armados opuestos al gobierno, tomaron los cruces fronterizos y las rutas que transportaban la mayor parte del comercio terrestre con China.
El presidente de Myanmar designado por los militares, Myint Swe, un ex general, había advertido previamente que el país corría el riesgo de desintegrarse si el gobierno no podía controlar los combates.
En 2010 se introdujo en Myanmar una ley que permite el servicio militar obligatorio, pero aún no se ha aplicado.
Según la legislación, las condiciones de servicio pueden ampliarse hasta cinco años durante un estado de emergencia. Alternativamente, aquellos que ignoren la convocatoria al servicio pueden ser encarcelados por el mismo período.
La junta del país declaró el estado de emergencia en 2021 y recientemente lo extendió por otros seis meses.
Myanmar soportó casi 50 años de régimen militar represivo antes de avanzar hacia la democracia en 2011.
El 1 de febrero de 2021, el ejército anunció que había tomado el control del país.
Desde entonces, los disturbios y los combates han afectado al país, desplazando a más de un millón de personas y matando a miles.
La actuación del ejército en sus recientes combates contra grupos étnicos armados -algunos de los cuales terminaron en derrotas y retiradas- generó críticas y dudas entre sus partidarios.
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