Se espera que la Unión Europea aplique aranceles a los coches eléctricos chinos

No es de extrañar, entonces, que los ejecutivos de los fabricantes de automóviles europeos se muestren claramente tibios con respecto a la iniciativa de la UE.

A principios de este año, el director general del Grupo Volkswagen, Oliver Blume, advirtió que imponer aranceles «podría ser peligroso» debido al riesgo de represalias.

El mes pasado, el jefe de BMW, Oliver Zipse, dijo a los inversores: «Puedes dispararte en el pie muy rápidamente» si te involucras en luchas comerciales, y añadió: «No creemos que nuestra industria necesite ser protegida».

Ola Källenius, director ejecutivo de Mercedes-Benz, ha ido más allá y ha pedido públicamente que se reduzcan en lugar de aumentar los aranceles sobre las importaciones de automóviles eléctricos chinos, para alentar a las empresas europeas a hacerlo mejor.

El apoyo para lograr la Unión Europea provino en gran medida de Francia. Sin embargo, incluso entre los fabricantes franceses, existen dudas sobre si los aranceles son el enfoque correcto.

Carlos Tavares, presidente del grupo Stellantis que incluye a Peugeot, Citroen, Vauxhall/Opel y DS, lo describió como “una gran trampa para los países que siguen este camino”.

Advirtió que los fabricantes de automóviles europeos están atrapados en una lucha «darwiniana» con sus rivales chinos, algo que probablemente tendrá consecuencias sociales a medida que reduzcan costos en un intento de competir.

Mientras tanto, el director general de Renault, Luca de Meo, afirma: «No estamos a favor del proteccionismo, pero la competencia debe ser justa».

Ha pedido una política industrial europea fuerte para impulsar el sector, inspirada en las políticas lanzadas por Estados Unidos y China, en un intento de competir con ambos.

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Mientras tanto, el Reino Unido observa con interés. El jefe del organismo de vigilancia comercial del país, la Autoridad de Remedios Comerciales, dejó claro anteriormente que estaría dispuesto a iniciar una investigación sobre los vehículos eléctricos chinos, si los ministros o la industria así lo quisieran.

Se entiende que aún no se ha realizado tal solicitud. En última instancia, al tratarse de una cuestión profundamente política, el próximo gobierno tendrá que abordarla después de las elecciones.

Lo que unos aranceles más altos pueden darle a Europa es más tiempo para que tanto los fabricantes de automóviles como los responsables de las políticas se adapten al desafío que plantea China.

Pero muchos en la industria reconocen que si Europa quiere seguir siendo un actor importante en el sector automotriz global, debe hacer algo más que simplemente erigir barreras internas.

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