El gobierno venezolano intensificó sus ataques el martes a las primarias de la oposición del fin de semana pasado para elegir un rival del presidente Nicolás Maduro el próximo año.
CARACAS, Venezuela – El gobierno venezolano intensificó sus ataques el martes a las primarias de la oposición del fin de semana pasado para elegir un rival del presidente Nicolás Maduro el próximo año, diciendo que la participación electoral reportada por los organizadores estaba inflada y equivalía a un delito.
El gobierno de Maduro y sus aliados han pasado meses obstruyendo los esfuerzos de la oposición para celebrar sus propias primarias, impidiendo que el ahora claro ganador se presente, poniendo en duda la eficacia de las elecciones del domingo. Los ataques a la legitimidad de las primarias también pueden sembrar miedo entre los votantes que ya están preocupados por las represalias del gobierno por votar.
El presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, dijo que los resultados parciales, que mostraron la participación de al menos 1,6 millones de electores, eran matemáticamente imposibles dada la cantidad de centros de votación disponibles y el tiempo que le toma a una persona emitir su voto.
“Lo que pasó el domingo pasado no fue una elección, fue una farsa, fue un fraude”, dijo Rodríguez el martes. Y agregó: “Como sabíamos que estaban planeando una farsa, colocamos a una persona en cada mesa electoral y contamos una a una, minuto a minuto, hora a hora”.
Calificó a los organizadores de “criminales” e insistió en que habían aportado “pruebas suficientes que demuestran que ocurrió un delito en Venezuela”.
María Corina Machado, antigua enemiga del gobierno y ex legisladora, ya se declaró ganadora de las elecciones del domingo después de que los resultados la mostraran con una amplia ventaja sobre otros nueve candidatos. Los resultados parciales publicados por el Comité Organizador Nacional Preliminar mostraron que después de contar el 65% de las listas de escrutinio, Machado recibió 1.473.105 votos, o aproximadamente el 93% del total. Su competidor más cercano recibió poco menos de 70.819 votos, o poco más del 4%.
Las primarias estuvieron abiertas a todos los votantes registrados dentro de Venezuela y a casi 400.000 personas que viven en el extranjero. Dentro del país sudamericano, los votantes desafiaron la represión, la censura y el clima para acudir a las urnas, incluso en barrios que alguna vez fueron considerados bastiones del partido gobernante.
Los organizadores no esperaban cifras de participación, pero problemas logísticos, escasez de combustible, amenazas del gobierno y represión llevaron a las personas que participaron o estaban familiarizadas con el esfuerzo a estimar inicialmente la participación en alrededor de un millón de personas. Esta expectativa se ha multiplicado a medida que más y más personas han llegado a las urnas en Venezuela y otros países, incluidos España, México y Estados Unidos.
La fuerte participación de los venezolanos dentro y fuera de su país demostró un profundo deseo de encontrar una alternativa a la presidencia devastada por la crisis de Maduro que duró una década.
Los esfuerzos liderados por la oposición han tenido problemas en el pasado para mantener en secreto los nombres de los participantes, y los temores de los votantes podrían reavivarse con la vigilancia de los centros de votación que describió Rodríguez el martes.
En 2004, un legislador progubernamental publicó en línea los nombres de millones de personas que habían firmado una petición para celebrar un referéndum para destituir al entonces presidente Hugo Chávez. Muchos de los que figuran en la lista dijeron que perdieron sus empleos y la ayuda del gobierno después de que sus nombres se hicieron públicos.
La celebración de las primeras primarias presidenciales en Venezuela desde 2012 requirió que una oposición profundamente dividida trabajara en conjunto. Esto en sí mismo fue un logro. Pero aún así podría resultar inútil, si el gobierno de Maduro así lo desea.
Si bien la semana pasada el gobierno acordó en principio dejar que la oposición elija a su candidato para las elecciones presidenciales de 2024, a Machado todavía se le prohíbe oficialmente postularse para el cargo. En el pasado, el gobierno de Maduro torció la ley, tomó represalias contra sus oponentes y rompió acuerdos según lo consideró conveniente.
El acuerdo de la semana pasada fue parte de un proceso de negociación de dos años entre el gobierno de Maduro y una facción de oposición respaldada por el gobierno de Estados Unidos. El acuerdo exige a ambas partes trabajar juntas sobre las condiciones electorales antes de las elecciones del próximo año.
Rodríguez, el principal negociador de Maduro, dijo el martes que planeaba convocar a una reunión con su homólogo opositor y un diplomático noruego, que ha estado dirigiendo el proceso de diálogo, para abordar presuntas violaciones del acuerdo.
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